El Feng Shui es una técnica que nos enseña a observar el entorno en el que vivimos, es un estudio del medio y de como el ser humano interactúa con él. En oriente se considera que el ser humano forma parte del Universo en el que vive y debe adaptarse y estar en armonía con el y con la naturaleza; crear un habitad hermosamente equilibrado es relativamente fácil ya que se tienen en cuenta los preceptos del Feng Shui desde la colacación de la primera piedra. En occidente buscar la armonía con el entorno es complicado: se ha construido masivamente, sin ninguna clase de respeto por el entorno y de manera arbitraría. Teniendo esto en cuenta, yo diría que para la cultura de occidente el trabajo que se realiza con el Feng Shui es tomar conciencia del entorno en el que vivimos, aceptarlo y buscar la armonía desde el interior de nuestra casa. De dentro hacía afuera. Muchas veces el entorno no nos acompaña, la mayoría nos asomamos a la ventana y lo que vemos es un parque infantil, una calle mas o menos transitada o un edificio a unos cinco o diez metros. Nuestra conexión con la naturaleza se ha perdido o sólo la disfrutamos cuando nos vamos de vacaciones.
¿Que tal si pudieramos utilizar nuestra casa como un medio para poder disfrutar de un poquito de esa conexión? Hacer de nuestro hogar un refugío. Se pueden utilizar objetos de decoración, texturas, olores,... que nos recuerden a la naturaleza. Podemos generar una conexión con la naturaleza en nuestra propia casa, un espacio que nos recuerde a algo natural genera sensación de bienestar y tranquilidad. Sin olvidar nunca el objetivo principal de realizar un estudio de Feng Shui en casa: armonizar y encauzar la energía que entra por cada sector de la casa para que las 8 partes de nuestra vida esten en consonancia con nuestras necesidades y deseos.
Estas son las ocho bendiciones que recibimos en nuestra vida: Salud, Carrera Profesional, Cultura, Familia, Riqueza, Fama, Amor y Creatividad.
